jueves, 8 de agosto de 2013

08/08/2013 - En el insomnio - Siquis

El Insomnio, Virgilio Piñera

El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que enseguida tome una taza de tila y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al medico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre esta muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.




Siquis, por Nelson Rodríguez Leyva

Poseo un león que me tiene miedo. Parecerá difícil de creer, pero es verdad. Cuando me lo regalaron, apenas tenía un mes de nacido, y desde entonces le enseñé a temerme.
Fue muy sencillo. Le di plena libertad. Andaba por toda la casa como si nada. Nunca lo regañé cuando se subía en los muebles y les rompía el tapizado. Poco a poco, tomó conciencia de amo.
Cuando cumplió los dos años, y consideré que ya tenía uso de razón, puse en marcha la segunda parte del plan. Compré una jaula enorme, en la que instalé todas las comodidades de una casa moderna. Le di la llave de la misma, y me encerré.
Desde entonces, cada vez que deseo algo, solo necesito rugir, que enseguida el león me complace.


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