Había una vez una oruga chiquita que vivía en un bosque. A pesar de su lento andar, tomo coraje y emprendió un largo camino.
Recorrió algunos metros, por supuesto, que en un tiempo mayor al de cualquier otro habitante del bosque, ya que solo podía caminar “a paso de oruga”.
En el trayecto se cruzó con un grillo:
-¿A dónde vas oruga?-preguntó el grillo.
-A cumplir un sueño…-contesto la oruga.
-¿Qué sueño?
-El sueño que soñé anoche…llegaba al pico más alto de la montaña más alta.
-¿Cuál? ¿Aquel pico que esta allá?-interrumpió el grillo.
-¡…Si…!-dijo la oruga.
-¿Y entonces?
-Y entonces soñé que desde allí podía contemplar el mudo, pero no como ahora, desde lejos. Con solo desear cualquier situación que estuviera pasando, esta vendría frente a mis ojos. En esta contemplación yo sentía un éxtasis y una paz tan inmensos, que la sensación era de una absoluta felicidad.
El grillo, sin contener la risa, le dijo:
-Pero oruga, oruga…¿Adónde vas? Aquello queda muy lejos, nunca vas a llegar. Además, vos andas tan despacito, que nunca vas a culminar este camino tan complicado.
Y la oruga, con sus oídos chiquititos, casi ni escucho la advertencia del grillo y siguió caminando lentamente.
Ya había andado otro buen tramo, cuando la detuvo la lechuza.
-Hola oruga…¿Adónde vas?-pregunto la lechuza.
Y la oruga le contó la misma historia:
-A aquel pico, de aquella alta montaña…
-¿Para que?
-Porque soñé que veía el mundo desde allí y en esa contemplación sentía un éxtasis y una felicidad nunca experimentados.
- ¿Pero no te das cuenta?-añadió la lechuza.
-¿De qué?-dijo la oruga.
-De que apenas una piedrita en tu camino se convertirá para vos en una roca, que algunos pequeños yuyos serán como un monte, que un charco será un río o una laguna…Que sos tan pequeña que no tenés recursos..Que no vas a llegar oruguita… no vas a llegar.
Y la oruga, con sus patitas cortitas seguía cruzando ramitas y transitando el camino.
Y cuenta la historia que había pasado algunas semanas y que se habían reunido los habitantes del bosque junto a una roca.
Y mientras unos decían:
-¡Qué cosa esta oruga! ¡Que historia la de ella..!
Pensar que quería llegar al pico más alto de la montaña más alta…
-¡Si…!-acotaba otros-¡Qué sueño ese!
Y hasta la lechuza opinó con firmeza:
-Y eso que le advertimos… Y ahí esta la pobrecita, ahí la tienen: del otro lado de esta roca, enterrada bajo ese montículo de tierra. Ella misma juntó la tierra antes de morirse…
Yo la vi, se cubrió el cuerpecito por completo y se enterró.
Algunos compadecían a la oruga y otros se burlaban de ella. Lo cierto es que todos intervenían en la conversación. Todos hablaban sobre el sueño de alcanzar la gran montaña, todos opinaban sobre lo ilusa que fue la oruga.
En plena charla, un ruido los interrumpió. Era un ruido bastante extraño y venía de la tumba de la oruga.
Se dieron vuelta de inmediato y observaron que desde allí, salían despedidos pedacitos de tierra, de arena, de pequeñas piedras…
De pronto, a tanto escombro lo contrarrestaron dos puntitas de colores. Colores brillantes, puntitas erguidas…
No eran ni más ni menos que las puntas de dos alas de una mariposa. De la mariposa en la cual se había convertido la oruga.
Empujó con las alas la tierra que quedaba en su cuerpito y voló por encima de todos los habitantes del bosque.
Rodeó en su vuelo la reunión, se inclinó saludando a los presentes, aleteó para terminar de sacudirse la tierra de las alas y simplemente voló. Voló a la cima de aquella montaña, al pico más alto de la cumbre y desde allí contemplo al mundo y sintió el éxtasis, la felicidad y la paz, que nunca jamás experimentó y que siempre había soñado.
No importan las voces detractoras, las voces contrarias, las voces egoístas de los que quieren que todo siga igual. Importa lo que vos creas para encontrar la felicidad.
Mario no leyó este cuento.
ResponderEliminarSi, el 27 lo leyo
Eliminarno no no, leyó uno similar, y no era una oruga sino un gusanito.
Eliminarel día que lo leyó anoté: "Buscando lo imposible es que los hombres logran lo posible" (sic).
ResponderEliminarGracias Mario por ésta búsqueda.
Hector.
Lo leyó
ResponderEliminarche, no quedan en ningún lado grabados en audio? alguno se copo y lo compilo? gracias!
ResponderEliminarche, no quedan en ningún lado grabados en audio? alguno se copo y lo compilo? gracias!
ResponderEliminarEs cierto,este no es el que leyo ese dia...es similar pero no es este.
ResponderEliminaryo tengo unos audios de los textos leidos si me pasan sus mail se los mando
ResponderEliminarmi mail es fernandomt87@hotmail.com
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